Observo del revés, un artículo del periódico situado en la mesa de enfrente. Intuyo que comenta, el **“3 de 10 amb folre i manilles”** que descargaron los Castellers de Vilafranca este verano y que supuso un hito histórico. Intentar leer de forma invertida se me hace difícil, pero si que aprecio…
Observo del revés, un artículo del periódico situado en la mesa de enfrente. Intuyo que comenta, el “3 de 10 amb folre i manilles” que descargaron los (link: http://www.castellersdevilafranca.cat/ text: Castellers de Vilafranca) este verano y que supuso un hito histórico para ellos. Intentar leer de forma invertida se me hace difícil, pero si que aprecio perfectamente la fotografía de este espectacular castillo.
Esta estructura humana, de gran belleza plástica, se levanta sobre la plaza. Una base perfectamente organizada permite montar dos pisos encima, que son los encargados del perfecto reparto de los esfuerzos de la estructura principal hacia sus cimientos. A partir de esta altura, tres pilares perfectamente arriostrados entre ellos, suben en vertical hasta crear la cúpula superior formada por “(link: http://ca.wikipedia.org/wiki/Aixecador text: l’acotxador)” y “(link: http://ca.wikipedia.org/wiki/Enxaneta text: l’enxaneta)”. “(link: http://ca.wikipedia.org/wiki/Aleta_%28castells%29 text: L’aleta)” culmina de forma espectacular esta maravillosa construcción efímera.
Viendo la foto del periódico al revés me ha recordado las maquetas que hacía Gaudí para diseñar y calcular sus grandes obras. Colocaba el esquema de la planta del edificio a construir en el techo e iba colgando pequeños sacos de arena sobre diferentes hilos, que con su deformación, iban generando los arcos naturales de descarga.
Una vez terminado el complejo entramado que colgaba del techo, llegaba el momento esperado. La magia se generaba en el interior de un espejo situado en el suelo, que era el encargado de invertir la imagen y poder visualizar la obra de una forma sorprendente, como si el edificio saliese de las profundidades de la tierra.
Si a Gaudí le hubieran encargado construir un “3 de 10 amb folre i manilles”, seguro que hubiera utilizado su sistema, donde las cuerdas, representarían los esfuerzos y los sacos de arena, las personas. Sería la magia del espejo la que se ocuparía de levantar el castillo desde la nada.
Eso si. No os dejéis engañar por los espejos. Cuando te ves reflejado en él, crees que eres tu, aunque no dejas de ser una imagen invertida de ti mismo. Solo tu, te crees que eres tal y como te ves, pero es el resto de la gente que te ve tal y como eres.
Albert Puig Santesmases
Arquitecto